Piura, la ciudad soñada

Ayer llegamos a tierras peruanas.
Primero: paseo por Lima. Lo llamaremos paseo, pero en realidad fue una odisea entre coches y bocinas. Por las calles de Lima funciona la ley del más fuerte, o comes, o te comen. Hay tantos carriles como coches quieran pasar, y la distancia de seguridad no existe (tampoco los intermitentes, límites de velocidad...incluso sospecho que tampoco los frenos). Lima...un mundo. Calles destrozadas, con postes eléctricos con miles de cables enredados y atados con un alambre...grandes edificios y clubes náuticos...mendigos y chevrolets...se mezclan en la ciudad de la niebla permanente. Por la tarde, avión hacia Piura. Después, parada en Chiclayo para dejar a pasajeros y repostar... y por fin, último tramo del viaje.
Piura: la ciudad soñada. Llegan las maletas y respiramos tranquilas. Después de tantos aeropuertos, es casi un milagro encontrarlas sanas y salvas. El hermano Benigno y Darwin nos esperan, nos llevan las maletas y nos acercan en furgoneta hasta el que va a ser nuestro hogar durante 6 meses. Cenamos con ellos, y después vamos a nuestra casita. ¡Es genial! Nosotras sonreimos sin parar. Las únicas fuerzas que nos quedan después de nuestro viaje, las tenemos en la cara...porque por lo demás, somos dos despojos humanos que han maldormido en los aviones y que no tienen ansias ni para darse las buenas noches antes de caer rendidas. Pero todo es tan perfecto....
Hoy ha amanecido soleado y nosotras, como el tiempo. Por la mañana hemos visitado todos los pabellones del Centro, y hemos hablado con los profesionales que aquí trabajan. Ellos hablan bajiko, despacio...como si tuvieran toda una vida para hacer lo que están haciendo. Son tan educados...Por la tarde, visita por Piura, compra del móvil (después de recorrer 3 tiendas) y el primer helado en esta calurosa ciudad. También las primera llamada desde casa. Los aitas contentos de hablar con nostras, y nosotras, encantadas de decirles que estamos FELICES.
Saludos desde Piura, Maialen y Amaia